El plan de estudios –que incluye materias filosóficas, bíblicas, de teología sistemática, de pastoral, de moral, de historia–, busca brindar una formación sólida y crítica en las distintas disciplinas teológicas.
Procura desarrollar una sabiduría teológica coherente e integral del misterio cristiano, en diálogo fecundo con los desafíos de nuestro tiempo y los diversos contextos, con otras ciencias humanas, con otras iglesias y tradiciones religiosas. La formación docente los capacita como educadores atentos y comprometidos con la historia y la cultura, sujetos activos en la construcción de formas renovadas de identidad creyente.